Para ayudar a calmar a los niños que se ponen nerviosos o se
enfadan creamos las botellas sensoriales o frascos de la calma. También, a petición
de algunos de los más pequeños la hemos llamado la “botella mágica”. Esta contiene
en su mayoría agua con purpurina, colorante, recortes de papel y mucho mucho
cariño.
La botella agitada (con todo moviéndose por el agua) es un
símil con lo que ocurre en la cabecita del niño enfadado/nervioso, donde todo
va a mil por hora, todo se mueve de forma descontrolada, todo va muy rápido y
apenas podemos ver qué pasa. Y así, llegó la calma. ¡Nos encantan!
“Deja que la mente se calme y el corazón
se abra. Entonces todo será muy diferente”
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